Se entiende por servicio de regulación ecosistémico a los procesos ecológicos que mejoran o hacen posible la vida como la regulación del clima, la calidad del aire o del ciclo del agua, la polinización o el control de las inundaciones, de la erosión del suelo y de las enfermedades.
Entre los beneficios que podemos obtener de los servicios ecosistémicos, también se encuentran los beneficios inmateriales, más relacionados con el bienestar o enriquecimiento espiritual, ya que la naturaleza sirve también para la construcción de la identidad cultural, como fuente de inspiración artística o de obras de ingeniería, de disfrute estético o de espacio para la recreación.
Algunos de los servicios ambientales, como los de aprovisionamiento, son más fáciles de cuantificar que otros, a los que es más complicado aplicarles un valor concreto.