La mano de una mujer se junta con una planta

Servicios ecosistémicos

El regalo de la naturaleza

El progreso y la supervivencia de cualquier sociedad depende de la naturaleza y sus valiosos recursos. El medioambiente y sus ecosistemas contribuyen al desarrollo de las comunidades desde el punto de vista de la salud, el bienestar o el económico. ¿Cómo? Facilitando los recursos necesarios para la vida humana, proveyéndonos de materias primas u ofreciéndonos recursos culturales o de ocio. 

Según la definición empleada por la ONU en la Evaluación de los Ecosistemas del Milenio, los servicios ecosistémicos son todos aquellos beneficios que aportan los ecosistemas a los seres humanos para realizarse en todas sus facetas, y pueden ser recibidos en forma de bienes, de servicios o de valores. La preservación de los servicios ecosistémicos es una prioridad de la que depende la vida humana.

En un mundo amenazado por los efectos del cambio climático y la pérdida de biodiversidad, conocer en profundidad qué son los servicios ecosistémicos, qué ejemplos prácticos encontramos o qué beneficios aportan puede ayudar a otorgarles su verdadero valor y trabajar en su cuidado y preservación.

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¿Qué son los servicios ecosistémicos?

Los servicios ecosistémicos, también llamados servicios ambientales, son todos los beneficios que un ecosistema aporta a la sociedad, y que influyen tanto en la salud, calidad de vida y desarrollo económico de las personas que la conforman.

Pero para entender mejor qué es un servicio ecosistémico y qué beneficios proporciona, es clave partir de la definición, primero, de otros dos conceptos fundamentales y muy relacionados entre sí: ecosistema y capital natural

Un ecosistema es un sistema ecológico que está compuesto por distintos elementos vivos que interactúan entre sí, con el medio que lo constituye y con sus entornos no vivos. Mientras que el capital natural hace referencia al conjunto de recursos renovables y no renovables de un ecosistema. 

En el funcionamiento de cualquier ecosistema es fundamental la biodiversidad de sus organismos vivos, es decir, la variedad de seres vivos que habitan en él en armonía y equilibrio. Los cambios en la biodiversidad de un ecosistema pueden afectar de forma directa a la provisión de servicios ecosistémicos, por eso hay que preocuparse y ocuparse también de su gestión y preservación.

Tipos de servicios ecosistémicos

Según el beneficio o el aprovechamiento que ofrecen a la sociedad a la que pertenecen, se pueden dividir en cuatro tipos de bienes y servicios que nos otorgan los ecosistemas:

Una cascada de agua natural

  • Servicios de aprovisionamiento o abastecimiento 
Uno de los principales tipos de servicios ecosistémicos tiene que ver con los beneficios materiales o productos de la naturaleza que el ser humano puede obtener de los ecosistemas que le rodean para su consumo o aprovechamiento, tales como el agua dulce, los alimentos, la madera, las fibras naturales o los combustibles renovables, entre otros.
 
  • Servicios de apoyo o soporte 

Los servicios de apoyo o soporte son los que ayudan a la producción del resto de servicios ambientales. La polinización, la conservación de los hábitats naturales de las distintas especies, el ciclo del agua o el control de la erosión del suelo son ejemplos de estos servicios que ayudan a la regulación de los ecosistemas.

Una abeja polinizando una flor

  • Servicios de regulación

Se entiende por servicio de regulación ecosistémico a los procesos ecológicos que mejoran o hacen posible la vida como la regulación del clima, la calidad del aire o del ciclo del agua, la polinización o el control de las inundaciones, de la erosión del suelo y de las enfermedades.

  • Servicios culturales

Entre los beneficios que podemos obtener de los servicios ecosistémicos, también se encuentran los beneficios inmateriales, más relacionados con el bienestar o enriquecimiento espiritual, ya que la naturaleza sirve también para la construcción de la identidad cultural, como fuente de inspiración artística o de obras de ingeniería, de disfrute estético o de espacio para la recreación.

Algunos de los servicios ambientales, como los de aprovisionamiento, son más fáciles de cuantificar que otros, a los que es más complicado aplicarles un valor concreto. 

Ejemplos de servicios ecosistémicos

Una vez detallados los diferentes tipos de servicios ambientales, conviene también profundizar en ellos desmenuzando algunos ejemplos, sobre todo de los de regulación, ya que su efecto suele resultar invisible y recabamos en ellos cuando han sufrido alteraciones o deterioros:

  1.  Biorremediación. Es un método por el cual se utilizan diferentes seres vivos (microbios) para la recuperación de recursos naturales o ecosistemas (agua subterránea o suelos, por ejemplo) que han sido contaminados. A través de la estimulación del crecimiento de estos organismos microscópicos que viven en el ambiente, se busca la degradación de ciertos compuestos (petróleo y derivados, solventes, plaguicidas, etc.), ya que los microbios se valen de los contaminantes como fuente de alimentos y energía.
  2. Sumideros de CO2. Otro importante servicio de regulación ambiental es la absorción de CO2 por parte de los sumideros de CO2, como los bosques, que mediante la fotosíntesis extraen de la atmósfera este gas de efecto invernadero y devuelven oxígeno a la atmósfera. 
  3. Polinización. Las abejas, pero también otros insectos, algunos pájaros y murciélagos, son los principales agentes polinizadores dentro de un ecosistema, un proceso que resulta esencial para el esparcimiento de las semillas y el desarrollo de los frutos de los cultivos. Según los datos de la FAO, casi el 90% de las plantas con flores dependen de los polinizadores para su reproducción. También el 75% de los cultivos, que gracias a la labor de los polinizadores ven cómo la flor se convierte en fruto. De este servicio ambiental depende, en gran medida, la producción y la seguridad alimentaria, pero también la biodiversidad.
Infografía sobre los tipos servicios ecosistémicos

Repsol y su contribución a los servicios ecosistémicos

Estamos comprometidos con la gestión y preservación de los servicios ambientales, entendiendo que la salud de los ecosistemas es fundamental para el bienestar humano y el desarrollo de la sociedad. Un ejemplo de nuestro compromiso es el proyecto Motor Verde de la Fundación Repsol, una innovadora herramienta digital diseñada para ayudar tanto a personas como a empresas a calcular y mitigar la huella de carbono de sus actividades.

Este proyecto subraya la importancia de proteger la biodiversidad, ya que los cambios en los ecosistemas pueden afectar directamente la provisión de servicios ecosistémicos esenciales. Por ello, integramos de manera constante este trabajo en nuestras políticas y modelo de negocio, asegurando que nuestras actividades contribuyan a la conservación de los ecosistemas y a la reducción del impacto ambiental.