¿Cuál es la temperatura ideal para dormir bien?

La importancia de un buen descanso

¿Sabías que la temperatura en el ambiente tiene un papel muy importante en nuestra salud, y muy especialmente a la hora de conseguir un sueño reparador? Una temperatura moderada y estable ayuda al bienestar y al correcto funcionamiento del organismo, así como a tener un descanso de calidad. Para que puedas aplicarlo en tu día a día, te contamos cuál es la temperatura ideal para dormir bien, además de algunos consejos para que sea más fácil lograr esa temperatura óptima en casa.

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Temperatura y salud

Lo que conocemos como confort térmico (la sensación de comodidad o satisfacción con la temperatura ambiental) influye en múltiples aspectos de la salud del ser humano. Obviando las patologías que pueden causar las temperaturas extremas, una temperatura moderada favorece el equilibrio térmico del cuerpo, lo que es beneficioso para el sistema cardiovascular y el respiratorio; y previene enfermedades infecciosas. Además, cuando el cuerpo no necesita dedicar energías en enfriarse o calentarse, se reduce el estrés fisiológico, lo que contribuye a una mejor salud general.

Una temperatura ambiental óptima tiene también una repercusión positiva en nuestra salud mental: mejora el estado de ánimo, la concentración, la productividad y la calidad del sueño. Y, como sabemos, disfrutar de una buena calidad del sueño es fundamental para la recuperación física y de nuestro sistema nervioso.

Optar por una temperatura adecuada en el hogar a la hora de dormir ayuda a mejorar también la salud del planeta. Mantener una temperatura moderada en casa, por ejemplo, utilizando de forma responsable la calefacción y el aire acondicionado, contribuye al ahorro energético y a reducir la huella de carbono.

La temperatura óptima para dormir según la estación

Todos sabemos que dormir con una temperatura ambiental muy baja o demasiado elevadas puede perjudicar la calidad del sueño. Por el contrario, mantener una temperatura óptima en el dormitorio favorece que el sueño sea reparador: ayuda a regular el ritmo circadiano del sueño (las alteraciones biológicas que experimenta nuestro organismo durante las horas de descanso) y promueve que el descanso sea profundo y continuado. 

La temperatura ambiente ideal para dormir oscila entre los 15 y los 20ºC, pero difiere según la estación del año. Disponer de un sistema para regular la temperatura del dormitorio y utilizar la ropa de cama adecuada para cada época del año son dos formas de garantizar que durante la noche no pasaremos frío ni calor. Otra herramienta que está a nuestro alcance es Vivit, la app de Repsol que permite hacer mejor uso de la energía en el hogar, además de comprobar el gasto energético de cada electrodoméstico, tus facturas o ahorrar acumulando excedentes de energía solar, entre otras ventajas.

Temperatura para dormir en verano

Las noches más cálidas del año son las que pueden implicar una peor calidad del sueño, y también son propicias para hacer un uso excesivo del aire acondicionado, con las posibilidades que eso supone de resfriarnos, aumentar el consumo energético y engordar la factura eléctrica.

En primavera, cuando las temperaturas comienzan a aumentar, la temperatura adecuada para dormir se sitúa entre los 17º y los 19º C. Es el momento de utilizar ropa más ligera para dormir, cambiar la ropa de cama por otra más ligera y transpirable y dejar a un lado las mantas o edredones.

La temperatura para dormir en verano que más va a favorecer el sueño está en el rango entre los 15º y los 18ºC. Será ligeramente más baja que en primavera, ya que las noches pueden llegar a ser muy calurosas. En esta época del año es recomendable utilizar pijamas frescos y ropa de cama de algodón, que permitan la ventilación y la absorción del sudor. Podemos optar por abrir la ventana, pero de este modo no podremos adaptar la temperatura ambiental a nuestro gusto, por lo que utilizar el aire acondicionado de manera moderada puede ser una mejor opción si queremos alcanzar el confort térmico.  

Temperatura para dormir en invierno

La temperatura ideal para dormir en otoño es similar a la de la primavera: entre los 17º y los 19º C. En esta estación las temperaturas comienzan a bajar nuevamente, por lo que tendremos que aumentar ligeramente la temperatura ambiental para no pasar frío durante la noche. Al contrario que en primavera, empezaremos a utilizar una ropa de cama un poco más cálida, y un pijama que nos aporte también algo de calor.

Sin caer en los excesos, la temperatura para dormir en invierno es un poco más elevada que en otoño: entre los 18º y los 20º C. En esta época del año corremos el riesgo de adoptar una temperatura demasiado elevada, lo que puede ocasionar que nos despertemos durante la noche. Por lo tanto, recuperaremos las mantas y edredones y los pijamas más cálidos, pero debemos utilizar con moderación la calefacción.

La humedad ideal para dormir

La humedad relativa del aire en el dormitorio influye también en la percepción de la temperatura en el dormitorio. Y, como en el caso de la temperatura, es un factor crucial para sentirnos cómodos y lograr un sueño reparador. La humedad ideal para dormir se sitúa entre el 30% y el 50%. 

Si la humedad es demasiado baja, el aire seco puede irritar nuestra garganta y originar sequedad en la piel y molestias al respirar. Esto es habitual durante el invierno, ya que el uso de la calefacción reduce la humedad en el ambiente. Para contrarrestar esto, es recomendable utilizar un humidificador para dormir, que nos ayude a mantener la humedad en un nivel óptimo.

Por el contrario, una humedad relativa excesiva puede causar diferentes problemas de salud, como asma o alergias; y, en lo que respecta a nuestro descanso, puede suceder que percibamos el ambiente de la habitación como sofocante, lo que puede perjudicar la calidad del sueño. En estos casos es recomendable utilizar un deshumidificador, que puede sernos de utilidad durante el verano o si vivimos en un clima cálido y húmedo.