Upskilling y reskilling

El reskilling consiste en capacitar a los empleados con nuevas habilidades que les permitan asumir roles completamente distintos dentro de la misma organización. No siempre está relacionado con tecnología; puede incluir competencias operativas, administrativas o de cualquier ámbito necesario para cubrir nuevas necesidades dentro de una empresa. 

En el contexto de transformación digital, se está utilizando el concepto de digital reskilling, que consiste en capacitar específicamente a los empleados en habilidades tecnológicas. Esto incluye el manejo de plataformas digitales, herramientas de análisis de datos o software especializado, y es fundamental en sectores donde los procesos se están automatizando o digitalizando.

Por ejemplo, en un caso de reskilling, un técnico en sistemas eléctricos tradicionales podría capacitarse para gestionar baterías de almacenamiento en proyectos de autoconsumo solar. Si además debe aprender a usar herramientas digitales avanzadas para monitorizar estos sistemas, estaríamos hablando de digital reskilling.

El upskilling se centra en reforzar y ampliar las competencias de los empleados en sus posiciones actuales. Esto incluye la adquisición de habilidades adicionales que les permitan manejar herramientas digitales, analizar datos o utilizar tecnologías innovadoras para mejorar su productividad. 

Por ejemplo, un técnico de mantenimiento puede aprender a usar un software de diagnóstico predictivo para optimizar el rendimiento de equipos de energía renovable.

Aunque ambos conceptos están relacionados con el desarrollo de habilidades, la principal diferencia entre reskilling y upskilling reside en su objetivo:

• Reskilling: se enfoca en capacitar a un empleado para asumir un rol completamente diferente dentro de la empresa.
• Upskilling: busca perfeccionar y ampliar las competencias de un empleado para que pueda desempeñarse de manera más eficiente en su puesto actual.

Aunque los conceptos de reskilling y upskilling se centran en el desarrollo de nuevas capacidades o en el perfeccionamiento de las existentes, están estrechamente ligados a las hard skills y las soft skills, los dos grandes tipos de habilidades que definen el desempeño de cualquier profesional.

• Las hard skills son habilidades técnicas y específicas, como el manejo de software, equipos tecnológicos o herramientas digitales. Estas son el foco principal de muchas iniciativas de reskilling y digital reskilling, especialmente en sectores donde los procesos se están digitalizando.
• Las soft skills, como la adaptabilidad, el liderazgo o el trabajo en equipo, son esenciales para complementar este aprendizaje técnico y permitir que los empleados se adapten con éxito a sus nuevos roles o funciones.

Por ejemplo, un proyecto de reskilling puede capacitar a un técnico eléctrico en el uso de baterías de almacenamiento (hard skill), mientras fomenta su capacidad de colaboración en equipos interdisciplinarios (soft skill). De manera similar, el upskilling puede perfeccionar el dominio de herramientas digitales avanzadas (hard skill) al mismo tiempo que mejora su habilidad para resolver problemas de manera ágil (soft skill).

En Repsol comprendemos que el desarrollo del talento es esencial para afrontar los retos de un mercado en constante cambio. Desde 2020, hemos implementado iniciativas que posicionan el reskilling y upskilling como pilares clave. Estas estrategias buscan impulsar la empleabilidad y la especialización de nuestros equipos en áreas fundamentales como las disciplinas STEM (ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas).