Prótesis de brazo en 3D

Brazos impresos en 3D: una segunda oportunidad para personas con discapacidad

Tecnología 3D y plásticos reciclados para ayudar a las personas

En 2017, durante su último año como estudiante de Ingeniería Industrial, Guillermo Martínez hizo un viaje a Kenia que le cambió la vida. Su plan inicial era participar en un programa de voluntariado en un orfanato de ese país africano. "Por entonces estaba aprendiendo en mi tiempo libre sobre la tecnología de impresión 3D, que estaba en auge, y en cómo aplicarla en la creación de prótesis para personas a las que les falta alguna extremidad. Y pensé que esa podía ser otra forma de ayudar", cuenta el propio Guillermo. 

Existían ya dispositivos para gente sin dedos, pero no para quienes carecen de codo, así que en los meses previos a ese viaje diseñó y fabricó con su impresora 3D el primer brazo de plástico para el codo, que, con un mecanismo de engranajes e hilos y sin necesidad de electrónica, permite abrir y cerrar la mano para coger objetos. 

Guillermo entró en contacto con cinco personas en Kenia que necesitaban esa ayuda, imprimió en Madrid los brazos protésicos adaptados a sus necesidades y se los metió en la maleta para donárselos. "Cuando los probamos todo funcionó tan bien", recuerda Martínez, "que me dije: no puedo quedarme en estas cinco ayudas. Y ahí nace la idea fundar la ONG Ayúdame3D". 

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Más de 500 personas de todo el mundo ya usan las prótesis impresas por la startup social Ayúdame 3D.

Hoy más de medio millar de personas usan uno de los dispositivos impresos en 3D que este startup social entrega gratuitamente en 55 países, entre ellos España, Kenia, México o India. "En el mundo hay 83 millones de hombres y mujeres que no pueden permitirse una prótesis y nuestro objetivo es hacer estos dispositivos más accesibles", continúa el fundador y director de Ayúdame 3D. Sus 'Trésdesis', como han bautizado a estos instrumentos de ayuda elaborados con material plástico por impresión 3D, son resistentes y tienen un mantenimiento sencillo que no depende de la electrónica, lo que los hace más funcionales en lugares donde no es fácil conseguir repuestos o una batería. 

+500

brazos

impresos por Ayúdame3D.

55

países

han recibido este tipo de prótesis.

500

gramos Peso medio

de un brazo impreso en 3D.

30-40

número de piezas

de un brazo impreso en 3D.

Vidas más independientes

Phillip y su brazo 3D

Para Philip, un profesor de primaria keniano que fue de los primeros en recibir una de estas 'trésdesis' solidarias, "es maravilloso tener esta ayuda en Kenia, que aquí es muy difícil conseguir. Es un gesto de humanidad que ha abierto muchos sueños para mí. Durante 44 años, desde que nací, nunca había podido usar ambas manos", y ahora por fin, con la prótesis de Guillermo, puede por ejemplo coger un libro y una tiza a la vez mientras da clase.

Consolación y su prótesis de brazo 3D

Los dispositivos destacan también porque son muy ligeros, de unos 500 gramos de peso, lo que los hace adecuados para niños y ancianos. El caso de Consolación, una mujer de 86 años de Madrid, es muestra de ello. No podía soportar el peso de unas prótesis de 4 o 5 kg que le habían costado miles de euros y le provocaban dolor y moratones. En Ayúdame3D le fabricaron dos brazos de poco más de 400 gr con los que puede comer sola, tomarse un café o peinarse, actividades cotidianas que le ayudan a mejorar su autoestima. 

De monitores viejos a dispositivos de ayuda

La fabricación de los tres tipos de prótesis que hoy la ONG produce, para muñeca, codo u hombro, parte de unos modelos 3D estándar que se adaptan para crear un dispositivo personalizado a las medidas y requisitos de cada receptor. "Es un proceso de 'artesanía digital'", explica Martínez, porque el diseño se imprime por piezas, unas 30 o 40 por Trésdesis, y el ensamblado final hay que hacerlo de manera manual, conectando y tensando los cables y mecanismos que permiten los movimientos. 

Las prótesis están fabricadas con diferentes tipos de plásticos, como el PLA o el TPU, materiales accesibles y fáciles de utilizar en la impresión 3D y que permiten configurar el tamaño, la resistencia, la flexibilidad o el peso de cada parte según su función para crear unos dispositivos 100% adaptados a cada usuario. "Esas cualidades solo nos las aporta el plástico impreso en 3D", continúa Martínez: "a veces pensamos en el plástico como algo desechable que no debemos usar tanto, pero cuando se trata de fabricar un dispositivo que una persona va a usar toda la vida, lo más eficiente es utilizar este material liviano y duradero". 

4.000 piezas de monitores donados por Repsol se han reciclado en filamento para la impresión 3D de 5 brazos protésicos.

En Ayúdame3D no paran de hacer mejoras en las prótesis y ahora están probando con un tipo de plástico muy resistente, el ABS, que se emplea también para fabricar desde juguetes a enchufes, y "que tiene unas propiedades muy buenas para que nuestros dispositivos tengan menos desgaste con los movimientos y que se adapten a países con unas condiciones sociales o climáticas más adversas". En colaboración con Repsol, Elix Polymers y el Centro Tecnológico Leitat, han reciclado 4.000 piezas de ABS extraídas de las carcasas de monitores de ordenador desechados por la compañía energética, que han sido tratadas hasta lograr un filamento plástico válido para la impresión 3D, que la startup va a convertir en 5 brazos protésicos para entregarlos durante 2023. 

Este proyecto colaborativo de economía circular resume, para Martínez, "las posibilidades que tiene el plástico procesándolo de manera eficiente". Reciclar estos monitores, dándole una segunda vida a ese plástico, va a hacer posible "que alguien que necesita uno de estos dispositivos pero no puede permitírselo tenga una existencia más independiente". 

Prótesis de brazo en 3D

Voluntariado tecnológico desde casa

La ONG cuenta con más de 100 colaboradores, los 'Helpers3D', que aportan sus impresoras particulares.

Para atender el mayor número de peticiones posible, Ayúdame 3D cuenta con el respaldo de una red en España de unos 120 colaboradores. Son los 'Helpers3D', que tienen experiencia en el manejo de la impresión 3D y ejercen un voluntariado tecnológico ofreciendo las impresoras que tienen en sus casas para la fabricación de las prótesis, “convirtiendo lo que era su hobby o su pasión en una forma de ayudar”.  

Las prótesis se pueden solicitar a través de su página web y a través de las entidades sociales con las que cooperan en los distintos países y que ejercen de embajadores localizando a posibles receptores, colocando las 'trésdesis' a los beneficiarios y haciendo un seguimiento para ayudar en el mínimo mantenimiento que requieren. Además, la startup está impulsando una plataforma de voluntariado que permitirá a terapeutas ocupacionales, a través de videoconferencia o presencialmente, entrenar al receptor en el uso del dispositivo para mejorar su rutina diaria. 

Ayúdame 3D también fabrica otros productos con esta tecnología, como las 'Chemobox', unas cajas con imágenes coloridas de superhéroes o dibujos animados que cubren la bolsa de quimioterapia que usan los niños en los hospitales o pastilleros para personas con Parkinson. Con el uso social de la impresión 3D, "estamos logrando que estas personas ganen en dignidad y calidad de vida, algo bastante espectacular, que nunca había imaginado y que te motiva a seguir trabajando e innovando en este campo”, reflexiona Martínez sobre el lado humano su trabajo. "Vamos a seguir buscándole al plástico usos sociales que mejoren el día a día de las personas".

Equipo de Ayúdame 3D

Una 'granja de impresión 3D' social

Con un equipo de 8 profesionales, desde ingenieras biomédicas a expertos en marketing, esta entidad social financia su labor a través de las cuotas de sus socios, donaciones y patrocinios, así como realizando programas de formación en centros educativos y empresas. También ofrecen un servicio de diseño que genera, con las mismas impresoras que producen los brazos, trofeos y objetos de merchandaising para quien desee un producto con impacto social. Con ese apoyo han logrado montar "la primera granja social de impresión 3D del mundo. Nos gusta decirlo porque es verdad: utilizamos las impresoras solo para hacer estas prótesis y productos divulgativos".  

Su 'granja de impresión 3D', con 25 impresoras, está alojada en un centro de innovación del Ayuntamiento de Madrid en el barrio de Villaverde, y cuentan asimismo con otra sede en Kenia donde se producen localmente prótesis para esa región de África. En sus planes está crear otros hub en México e India, que funcionen como nodos que utilicen autónomamente y extiendan esta solución tecnológica.