Innovación tecnológica

La aparición de nuevos dispositivos electrónicos, de una técnica médica avanzada, de un nuevo sistema de producción o de nuevas técnicas agrícolas son ejemplos de innovaciones tecnológicas. Pero, ¿qué es innovación tecnológica? ¿Qué tienen en común estas mejoras?

En esencia, se puede definir como la introducción de cambios significativos en la forma en que se realizan las actividades y se satisfacen las necesidades humanas mediante el uso de tecnología. Abarca una amplia gama de actividades y procesos relacionados con la creación, desarrollo, implementación y difusión de nuevos productos, servicios, procesos o modelos de negocio que incorporan avances tecnológicos significativos.

La innovación tecnológica da siempre lugar a cambios. Pero en función del grado de ruptura que supone con la tecnología anterior, de cómo incide en el mercado y del riesgo y el posible beneficio que genera, podemos hablar de tres tipos de innovación:

• Innovación progresiva. Cuando la innovación tecnológica incide de forma gradual en los procesos o productos de la empresa, pero no supone un cambio en los mismos ni en los valores que lleva asociados, se considera que es de carácter progresivo. Si la mejora que se implanta es de tipo progresivo, el cliente ya conoce el producto o servicio objeto de la innovación, del mismo modo que los trabajadores ya conocen los procesos, que solo cambian levemente. Este cambio tiene un riesgo bajo o nulo para la empresa, pero los beneficios que obtiene son también reducidos.
• Innovación disruptiva. La innovación de tipo disruptivo supone un cambio abrupto en los procesos, productos y servicios, hasta el punto de transformar el mercado. Conlleva un riesgo mayor, pero también unos mayores beneficios para la compañía. En este caso, el cambio atrae a nuevos clientes y genera nuevos valores.
• Innovación radical. Cuando es radical, no es que la innovación genere nuevos productos o servicios, sino que genera la aparición de nuevas necesidades, modelos de negocio y mercados. Estos cambios tienen alto riesgo y grandes beneficios.

La innovación tecnológica de Repsol nace en Technology Lab, nuestro centro de innovación y tecnología, donde más de 230 científicos desarrollan I+D propia, que complementan estableciendo alianzas con centros de investigación, universidades, startups y corporaciones de todo el mundo, a través de su vehículo de inversión, Corporate Venturing, y una estrategia de innovación abierta.

Estos son algunos ejemplos de proyectos en los que trabaja el Repsol Technology Lab: 

• Combustibles renovables. En Repsol llevamos más de 20 años diseñando y produciendo combustibles renovables, creados a partir de recursos como la biomasa y los residuos orgánicos. Como explica Dolores Cárdenas, doctora ingeniera industrial de Repsol Technology Lab, “la tecnología es vital para la eficiencia de vehículos e integrar combustibles de menor huella de carbono”.
• Nanopartículas para crear materiales inteligentes. Uno de los proyectos en los que trabajamos es la utilización de nanopartículas magnéticas en materias primas y materiales. Se emplean, por ejemplo, para variar la viscosidad y temperatura de fluidos y facilitar así su transporte, y desarrollar materiales inteligentes como el Smart Cement o cemento inteligente, que permite conocer el estado en que se encuentra el material en todo momento.
• Combustibles sintéticos. En Repsol Technology Lab innovamos en la producción de combustibles generados a partir de hidrógeno renovable y CO₂ capturado, ​y que podrán utilizarse en los vehículos actuales, desde automóviles a aviones.
• Captura de CO₂. No solo trabajamos en la reducción de las emisiones de CO_2, sino también en la captura de carbono y su uso como materia prima mediante la tecnología de Captura, Almacenamiento y Uso del CO₂ (CCUS), como parte de nuestro compromiso de llegar en 2050 a las cero emisiones netas. 
• Lubricantes de base renovable. Hemos desarrollado lubricantes de base renovable, elaborado a partir de aceites vegetales y y otras materias primas biodegradables, que en muchos casos ofrecen propiedades superiores de lubricación y protección frente al desgaste.
• Robots colaborativos. Entre los proyectos de Repsol se encuentra el Self-driving Lab, que ha incorporado la Inteligencia Artificial y la robótica a la nueva generación de laboratorios de nuestra compañía.
• Blockchain. La tecnología blockchain nos permite compartir información de manera más segura y garantizar su trazabilidad.
• Inteligencia Artificial. En Repsol aplicamos la Inteligencia Artificial a nuestros procesos: tanto a la hora de formular nuestros combustibles renovables como en la logística, la utilización de modelos predictivos en la producción o la toma de decisiones, entre otros. 
• Exploración geotérmica. Los avances tecnológicos nos han permitido incorporar a nuestra actividad de exploración y producción la energía geotérmica, una fuente energética renovable y de bajo impacto en el medio ambiente.