Repsol obtiene un resultado neto ajustado de 189 millones de euros en el primer semestre

Notas de prensa 23/07/2020 15:00
  • Repsol alcanzó en el primer semestre de 2020 un resultado neto ajustado, que mide específicamente el desempeño de los negocios, de 189 millones de euros, en un contexto marcado por la pandemia que afecta al conjunto del planeta.
  • La compañía respondió a la crisis del covid-19 priorizando el suministro de productos y servicios esenciales y el mantenimiento de la actividad sobre los habituales criterios de rentabilidad, aplicando estrictas medidas para proteger la salud de sus trabajadores, clientes y proveedores.
  • La situación sin precedentes provocada por el coronavirus llevó a un desplome histórico de los precios del crudo y del gas, que tuvo un impacto negativo de 1.088 millones de euros en los inventarios de la compañía. Adicionalmente, Repsol ha ajustado sus hipótesis de precios, lo que ha afectado al valor contable de sus activos de Upstream y se ha reflejado en unos resultados específicos de -1.585 millones. Por todo ello, el resultado neto se situó en -2.484 millones de euros.
  • Para dar respuesta al presente entorno, Repsol está aplicando un Plan de Resiliencia que contempla reducciones adicionales en los gastos operativos (de más de 450 millones de euros) y en las inversiones (de más de 1.100 millones), así como optimizaciones del capital circulante próximas a 800 millones, respecto a lo presupuestado al inicio del año.
  • Repsol mantiene su compromiso de liderar la transición energética y conseguir cero emisiones netas en 2050. En línea con este objetivo, la compañía ha anunciado dos innovadores proyectos industriales de descarbonización y ha comenzado las obras en dos importantes activos renovables.
  • La compañía ha reforzado su solidez financiera con la emisión de bonos por valor de 3.000 millones de euros. La deuda neta se redujo en, aproximadamente, 500 millones y la liquidez alcanza cerca de 10.000 millones de euros, 2,43 veces los vencimientos a corto plazo.
  • Josu Jon Imaz: “Estamos cumpliendo con los objetivos de nuestro Plan de Resiliencia, asegurando la robustez de nuestro balance y reiterando nuestro compromiso de liderar la transición energética y alcanzar las cero emisiones netas en 2050”.

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Todos los negocios de Repsol lograron un flujo de caja operativo positivo, en un entorno muy retador
Repsol priorizó el mantenimiento de su actividad, orientada al suministro de productos y servicios esenciales
Repsol ha reafirmado su compromiso de liderar la transición energética, incluso en el actual contexto de crisis
500 M€
Reducción de la deuda neta respecto a marzo

Repsol obtuvo en el primer semestre de 2020 un resultado neto ajustado, que mide específicamente el desempeño de los negocios, de 189 millones de euros. Esta cifra se alcanzó en un contexto condicionado por la pandemia global, el derrumbe de los precios del crudo y del gas y la extraordinaria caída de la demanda.

El modelo de negocio integrado de Repsol, junto con su flexibilidad y resiliencia, fueron fundamentales para que en su conjunto los negocios obtuviesen un resultado positivo, en un escenario de recesión mundial.

Desde el inicio de la crisis sanitaria la compañía ha mantenido en funcionamiento sus instalaciones y ha continuado desempeñando su papel de servicio esencial, garantizando suministros indispensables como la energía o las materias primas necesarias para la fabricación de productos sanitarios, como mascarillas, respiradores, jeringuillas, material quirúrgico, etc. Repsol ha priorizado la continuidad de su actividad sobre los habituales criterios de rentabilidad, aplicando en todo momento estrictas medidas para proteger la salud de sus trabajadores, clientes y proveedores, y ofreciendo todas sus capacidades humanas y técnicas para ayudar en la lucha contra el covid-19.

La situación sin precedentes provocada por el coronavirus impactó en las cotizaciones del crudo y del gas de referencia internacional, que sufrieron grandes caídas, sobre todo durante el segundo trimestre del ejercicio, en el que la demanda mundial experimentó el mayor colapso de la historia. El crudo Brent registró entre abril y junio un descenso medio del 57% respecto al mismo periodo del año anterior, mientras que el del WTI fue del 53%, en ambos casos, con precios medios por debajo de los 30 dólares por barril. El gas reflejó también el difícil contexto, con una caída media semestral que rozó el 40% para el Henry Hub.

Este desplome de los precios de las materias primas impactó en la valoración de los inventarios de Repsol, con un efecto de -1.088 millones de euros. Además, ante esta caída y en un ejercicio de prudencia financiera, la compañía ha revisado sus hipótesis de precios futuros del crudo y del gas y ajustado el valor de activos de Upstream, lo que se ha reflejado en unos resultados específicos de -1.585 millones. Con todo ello, el resultado neto del primer semestre del año se situó en -2.484 millones de euros.

Plan de Resiliencia 2020
Cumpliendo objetivos y fortaleciendo el balance

Josu Jon Imaz: “Estamos cumpliendo con los objetivos de nuestro Plan de Resiliencia, asegurando la robustez de nuestro balance y reiterando nuestro compromiso de liderar la transición energética y alcanzar las cero emisiones netas en 2050”.

Ante la drástica caída de los precios de las materias primas y de la demanda que está provocando la crisis del covid-19, la compañía ha acometido medidas para reforzar la generación de caja y fortalecer su balance, que se han reflejado en el último trimestre en una reducción de la deuda neta, así como de los costes operativos e inversiones.

El pasado 25 de marzo, tras analizar la situación macroeconómica y las condiciones excepcionales del entorno, el Consejo de Administración de Repsol aprobó un Plan de Resiliencia para 2020. La compañía ha aumentado su estimación inicial de reducción adicional de los gastos operativos hasta los 450 millones de euros (desde 350 millones), el recorte de las inversiones, hasta los 1.100 millones (desde 1.000 millones) y mantiene la optimización del capital circulante en cerca de 800 millones de euros. Todo ello respecto de las métricas presupuestas a principio de año.

La gran flexibilidad del portafolio de Repsol le permite tomar decisiones ágiles para la optimización de inversiones sin condicionar el crecimiento futuro, aspecto que supone una gran fortaleza para afrontar el escenario cambiante que estamos viviendo.

El Plan de Resiliencia incluye como objetivo que la deuda neta del Grupo no se incremente en el ejercicio 2020, si bien, gracias a las medidas adoptadas, Repsol redujo su deuda neta en el último trimestre hasta los 3.987 millones de euros, cerca de 500 millones menos de la de 31 de marzo.

Con todo ello, la compañía dispone de una holgada liquidez, de 9.762 millones de euros, que cubre en 2,43 veces los vencimientos a corto plazo. Durante el primer semestre reforzó su posición financiera mediante cuatro emisiones de bonos que suman un total de 3.000 millones de euros, de los que 1.500 millones corresponden a bonos perpetuos subordinados, que fortalecen el patrimonio del Grupo, además de su liquidez. En todos los casos el mercado demostró su confianza en Repsol y la demanda superó con creces la oferta. También se incrementaron las líneas de crédito comprometidas y no utilizadas en 1.602 millones de euros.

Flujo de caja operativo positivo en los negocios y proyectos innovadores para la transición energética

Todos los negocios de Repsol lograron un flujo de caja operativo positivo en los primeros seis meses de 2020, trabajando en un entorno extraordinariamente retador que puso a prueba su capacidad de innovación e hizo visible la indispensable contribución de sus productos y servicios para el funcionamiento de la sociedad.

El negocio Comercial y Renovables obtuvo un resultado de 163 millones de euros en el semestre, lastrado por el parón en la demanda. El confinamiento y las restricciones a la movilidad impuestas para combatir el covid-19 redujeron las ventas en la red de estaciones de servicio en el segundo trimestre un 48% respecto al mismo periodo de 2019, coincidiendo en gran parte con el estado de alarma en España.

Repsol respondió a las circunstancias y nuevas necesidades de sus clientes y usuarios poniendo en marcha opciones para hacer pedidos de productos de alimentación e higiene disponibles en gran parte de las tiendas de sus estaciones, que mantuvieron su actividad como servicio esencial.

El resultado de GLP reflejó el aumento de la demanda doméstica, en contraposición con el impacto que el coronavirus tuvo en el sector de la hostelería y la restauración, y las temperaturas suaves registradas en España.

En cuanto al resultado de Gas y Electricidad, fue superior gracias al mejor desempeño del negocio de generación y al incremento de la producción. Repsol siguió aumentando su número de clientes, que supera el millón, y apostando por alternativas punteras de autoconsumo, como Solify y Solmatch.

En abril lanzó Solmatch, la primera gran comunidad solar de España. Se trata de un producto con el que se fomenta la generación distribuida, a partir de placas solares instaladas en los tejados de edificios a las se conectan hogares situados a un máximo de 500 metros. De esta manera, pueden disfrutar de energía local y 100% renovable.

Durante la primera mitad del año la compañía dio pasos significativos para aumentar su capacidad de generación renovable y seguir avanzando en su compromiso de alcanzar cero emisiones netas en 2050. En este sentido, en abril inició las obras de construcción de su primer parque fotovoltaico, denominado Kappa y ubicado en Ciudad Real, que dispondrá de una potencia total instalada de 126 megavatios (MW) y supondrá una inversión de 100 millones de euros.

Kappa es uno de los siete proyectos renovables que Repsol está desarrollando en la Península Ibérica y el segundo en comenzar su construcción en España, tras el eólico Delta, ubicado entre Zaragoza y Teruel. Con una potencia total instalada de 335 MW y una inversión de 300 millones de euros, se estima que Delta entre en funcionamiento a finales de este año. En Aragón también se encuentra el último activo incorporado a la cartera de renovables de la compañía. Denominado Delta 2 y compuesto por 26 parques eólicos ubicados entre las provincias de Huesca, Zaragoza y Teruel, contará con una potencia total instalada de 859 MW.

El tercer proyecto renovable que Repsol ha empezado a construir, ya en el mes de julio, es el fotovoltaico Valdesolar (Badajoz), con 264 MW y una inversión aproximada de 200 millones de euros. Las obras de esta planta renovable, que finalizarán en los primeros meses de 2021, supondrán una importante creación de empleo en la zona. En ellas trabajarán una media de 300 personas, con puntas que pueden superar el medio millar de empleados.

La compañía ha reafirmado su apuesta por liderar la transición energética, incluso en el actual contexto de crisis, aspecto que también ha hecho tangible en el negocio Industrial con dos importantes proyectos de descarbonización, anunciados a mediados de junio. El primero de ellos es una de las mayores plantas del mundo de producción de combustibles sintéticos cero emisiones netas a partir de hidrógeno verde, generado con energía renovable. El segundo, consistirá en una planta de generación de gas a partir de residuos urbanos. Ambas iniciativas muestran la importancia de la neutralidad tecnológica a la hora de buscar proyectos relevantes para la descarbonización, y la capacidad de la industria española para liderar la recuperación económica y la lucha contra el cambio climático.

El resultado del negocio Industrial fue de 296 millones de euros, frenado por el descenso de la demanda y la paulatina reducción de los márgenes, que conllevó una menor actividad en los complejos industriales. El área hizo un esfuerzo para adaptar sus esquemas de producción, logísticos y comerciales a la nueva situación, sin perder el foco en la innovación y la digitalización.

Con respecto a Química, desde el comienzo de la pandemia ajustó sus operaciones ante la caída de la demanda de sectores como el automovilístico y el aumento en otros vinculados con la sanidad y la alimentación, vitales en la lucha contra el covid-19 y para los que sus materias primas son indispensables. El resultado del área se vio afectado, principalmente en los primeros meses del año, por los mantenimientos en sus instalaciones de Sines y Tarragona.

El negocio de Upstream se vio penalizado, principalmente, por la extraordinaria caída de los precios del crudo y del gas, que llevaron a que registrase pérdidas de 51 millones de euros. El área implantó medidas de reducciones de costes y redefinió planes de explotación de activos. Además, a la vista de la situación del mercado Repsol decidió disminuir la producción de algunos de estos activos, con lo que la media del semestre se situó en 675.000 barriles equivalentes de petróleo al día.

Cabe mencionar la exitosa campaña exploratoria llevada a cabo en el periodo, con seis sondeos con resultado positivo. Aunque esta actividad se redujo de manera notable, se lograron descubrimientos en Estados Unidos, Colombia y México. Destacan los dos relevantes descubrimientos realizados en aguas de México en el mes de abril. Ambos se desarrollaron con menores costes y plazos de los estimados, siguiendo los protocolos más estrictos en materia de seguridad y protección de la salud, con medidas específicas para evitar la propagación del coronavirus.